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Tiempo de lectura: 2 minutos“Cuauhtémoc, el último emperador de los aztecas”. Revista National Geographic Historia, Nº 143, 2015: 13-18. ISSN 1696-7755D
A la muerte de su tío Moctezuma, Cuauhtémoc dirigió la desesperada defensa de Tenochtitlán frente a las fuerzas de Cortés, quien lo apresó y más tarde ordenó ahorcarlo.
Cuando las tropas castellanas al mando de Hernán Cortés lanzaron su asalto final contra la capital del Imperio azteca, Tenochtitlán, en 1521, sabían que enfrente tenían a un monarca que les iba a plantar mucha más batalla que Moctezuma, el tlatoani que dos años antes los había recibido con los brazos abiertos. El puesto de Moctezuma, fallecido el año anterior, lo ocupaba ahora un primo suyo, Cuauhtémoc, un joven de apenas 25 que años impresionaba a todos por su “muy gentil disposición, así de cuerpo como de facciones”, pero sobre todo porque “era muy esforzado y se hizo temer de tal manera que todos los suyos temblaban de él”, según escribió Bernal Díaz del Castillo.
Se puede llamar, pues con ánimo mujeril se entregó a ellos de puro miedo y asegurándose nos ha puesto todos en este trabajo? No le queremos obedecer, porque ya no es nuestro rey, y como a vil hombre le hemos de dar el castigo y pago». Una fuente afirma incluso que de su mano partió una de las piedras que mataron al emperador. El príncipe participó en primera línea en la expulsión de los españoles de Tenochtitlán, durante la llamada Noche Triste.